En Pequeñas Historias Reales:
"Nacida Para Amar"
1º ACTO
(Un comedor, una madre, inquieta, que no puede dormir)
Relator – De aquellos años
sólo le queda el recuerdo, y que en los momentos de soledad suele evocar…
Amalia – (piensa) Es tan
sorprendente sentir el correr del tiempo veloz y es tan nítida la imagen de
aquella niña. Sus manitas, cual mariposas que intentaban arropar esa vieja
muñeca que aferraba contra su pecho profetizando fuente de amor y protección.
Esa niña era yo. Hoy, me parece alguien extraño, y a
la cual no puedo olvidar.
¿Quién diría que aquellos días serías ensayos de lo
que hoy le da sentido a mi vida: mis hijos?
Graciela – Tuc, tuc, tuc…(llaman
a la puerta rompiendo el silencio).
Amalia - ¿Quién es?
(exaltada)
Graciela – Soy yo Amalia,
Graciela, abra rápido por favor.
(Amalia busca las llaves, no las encuentra, corretéa,
se le cae la bata)
Amalia – Es las cinco de
la mañana muchacha ¿estás loca? ¡Donde están las llaves!
Relator – Aunque no lo evidencia, esto a Amalia le recuerda aquel momento de gran angustia
hace ya siete años, en el que alguien muy apresurado y a horas extrañas de
la madrugada le traía esa triste noticia, la muerte de su marido, víctima de un
paro cardíaco, cuando ella tenía treinta y cuatro años, Javier, su hijo mayor,
catorce y Ángela doce.
Desde ese momento fue tan difícil llevar todo adelante,
fue tan dura la existencia.
Graciela – Amalia, por
favor abra que no hay tiempo.
(Logra abrir la puerta con mucha agitación)
Amalia - ¿Qué ha pasado?
¿Por qué tan asustada?
(Graciela entra corriendo y se sienta en un sillón, es notoria su desesperación. Rompe en llanto)
Graciela – Amalia, le pido
que tome fuerzas porque lo que le tengo que contar…
Amalia - ¡Javier!…!Qué le
pasó a mi hijo!!!
Graciela – Madre, veníamos
de bailar , habíamos tomado demasiado y él manejaba a alta velocidad, a mi en
1º momento me parecía divertido y nos reíamos mucho, luego me empecé a asustar
cuando Javier comenzaba a insultar, fruto de la bebida, y provocar a quienes
pasaban cerca nuestro, les jugaba carreras y en ocasiones chocaba a los
vehículos que transitaban al lado nuestro hasta que en un momento una de estas
personas se enojó tanto que se bajó de su vehículo e invitó a Javier a que se bajara
también “si era hombre”, y él a pesar de
mis ruegos se bajó y se batieron de la manera más cruenta que yo jamás he
visto, se pegaban como animales salvajes, ambos estaban enceguecidos; pero lo
que hizo que la pelea fuera en sumo trágica fue cuando aquel sacó un revolver…
Amalia - ¡Oh, no, no, no
Dios mío! (Con gestos de dolor, interrumpe llorando)
Graciela – Mis gritos eran
inaudibles para él – continuó – y mis fuerzas escasas para apartarlos de allí y
en sólo un instante y con dos tiros certeros, ahí estaba Javier, mi novio
amado. Tirado, herido, e inconsciente...yo en la más profunda desolación.
Amalia – Pe..pero… querida,
dónde está ahora, cómo está. (Interroga llorando).
Graciela – No supe en qué instante veloz como un trueno sucedió todo para luego encontrarme en el total
silencio, solitaria y con la devastación que dejó una guerra sin causa alguna,
sólo por la locura que infunde el alcohol.
Como Dios me ayudó arrastré a Javier hasta el auto, con esfuerzo lo subí y manejé hasta llegar a la primer casa donde pedí que me
permitieran hacer una llamada ya que no llevábamos nuestros celulares, y así pedir una ambulancia, la que lo trasladó al hospital.
Amalia – Debemos avisar a
Ángela e irnos urgentemente para allá. Tengo que estar con mi hijo, cuidarlo, pedirle
a Dios por mi niño.
(Busca su cartera, deja la bata, se arregla el
cabello)
Graciela –Sí, vamos!!
2º ACTO
(Mismo comedor) (Llega Angela la hija de 18
años)
(Deja los útiles escolares, se sienta un rato, mira a
su alrededor con tristeza, apoya la cabeza en la mesa como derrumbada)
Ángela – Ya hace casi un mes que Javier está internado y mamá entre cuidarlo a él y el trabajo de ella
no la veo nunca... ya ni hablamos.
(Se para y se prepara un sándwich , mientras dice…)
Ángela - No se enteró que
me aprobaron el proyecto estudiantil, no sabe que me voy de viaje de egresados…creo
que ni me extraña…los momentos que estamos juntas son tan
escasos…que…(silencio, melancolía).
Si ya sé que mamá tiene muchas obligaciones, pero a
veces tengo la sensación de que se preocupa más por Javier que por mí.
(Apoyando nuevamente se cabeza sobre la mesa se
duerme) (música de violines suave y triste) (Se oscurece la zona
donde está Ángela) (Entran Amalia, Javier, Graciela)
Amalia - ¡Despacio por favor hijo! ¡Camina despacito! ¡Hazle caso al médico!
Javier – Sí mamá, más
despacio no puedo.
Graciela – Siéntate tranquilo que yo te traigo algo rico para comer.
Amalia – (Con voz alegre)
Voy a encender las luces , correr las cortinas para que entre el hermoso sol y poner
música alegre porque mi niño ya está bien y en casa. ¡Gracias Dios!
(Se despierta Ángela confundida)
Ángela - ¡Qué es todo este
alboroto!
Amelia – Es que tu
hermano ya está de regreso y nos hizo una promesa.
Ángela - ¿A sí?
Graciela – Cuéntale Javi…
Javier – Hice una promesa
hermanita, prometí no tomar más alcohol y hacer un tratamiento.
(Ángela en actitud de rencor)
Ángela – Me alegro por vos
hermano, porque lo que es a mí nadie me da importancia, no saben si existo o no.
(Sale corriendo hacia la acalle)
Amalia - ¡Hija, hija!
¿Qué te pasa?
3º ACTO
(Mismo comedor o living) (Aparece Amalia sola orando)
Amalia – “Oh Señor,
tu sabes mejor que nadie del gran amor
hacia mis hijos, de mis esfuerzos y
sacrificios , de cuanto daría para que ellos fueran felices…sabes que son la
razón de mi vida…
(En eso entra Ángela sin que Amalia la note) (La joven
se queda escondida, escuchando)
Amalia - ...sabes Señor mío
de lo feliz y orgullosa que estoy de Ángela , mi niña, mi angelito. Ella
siempre supo lo que es lo correcto casi sin enseñárselo, es una excelente
jovencita y será una gran mujer. Ella siempre necesitó menos de mis consejos.
Sabes también, cuanto amo a Javier y cuanto trabajo me
ha dado y me da aun. Es un muchacho de gran rebeldía y con ese terrible vicio.
Señor perdóname, por aquellas veces que me alejé de
Ángela sin darme cuenta, ocupada en Javier creyendo que él más me necesitaba y
…..”
(Es interrumpida abruptamente por Ángela)
Ángela - ¡Mamá perdóname vos a mí! Fui muy injusta y
si hablamos de ángeles, tu eres nuestro ángel que nos cuida y guía. ¡Ven hermano!
(Mira a Javier, lo llaman, se toman de las manos y van
hacia la madre)
Ángela – Javier – “No hay dicha
más grande que tener una MADRE”
(Se abrazan los tres y miran al público)
Ángela - Javier – “El cielo te creó, para que nos ames. Si un día nos
faltaras, te buscaríamos en el corazón, en la dulce bendición y en los que
imploran Amor”
(Finaliza con una canción a la madre)
FÍN
(imagen de la web)
© 2011 – Patricia Palleres
Maravillosa historia! Y es verdad, nada como el amor de madre!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Hola Betty Mtz Compeán!!
Eliminares un sentimiento indescriptible!!
Un beso!
Una historia con final feliz ¡me encanta!.....Besicos
ResponderEliminarHola Charo!!
EliminarMe alegro que te guste! Besos
PATRICIA MUY CONMOVEDORA HISTORIA .
ResponderEliminarUN ABRAZO
Hola ReltiH!
ResponderEliminarGracias amigo! Un beso!
Patricia, veo que tenés una gran capacidad para lo teatral. Bien desarrollado, con la tensión justa y la resolución aliviadora.
ResponderEliminarTe dejo un beso y felicitaciones.
Hola Patricia, cuando tú llegaste a mi blog yo estaba saliendo de vacaciones. Ahora de regreso estoy visitando poco a poco a los amigos.
ResponderEliminarTu precioso texto me ha conmovido, pues, a veces creemos que no hay justicia, pero el amor de una madre es siempre inmenso. La comunicación es indispensable en todos los estratos sociales.
Un abrazo efusivo desde "Dulcineas".
Hola Ceciely!! Bienvenida!
ResponderEliminarEs así, hay situaciones muy difíciles!!
Un abrazo!!!
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