No puede tomarlo a la ligera,
no puede dejar transcurrir la vida
sin interrogarse, ni preguntarse
sobre este tema.
un conteo de los dones y virtudes
y allí, ver en qué somos buenos.
ante la inmensidad que se nos presenta.
Vano sería dejar pasar los días
sin objetivos definidos,
sin un propósito, sin una misión.
Tardando en resolver el “por qué”
estamos en este mundo,
en estas circunstancia, en este lugar,
con esta posibilidad, con estas personas.
De nada serviría el milagro de la vida.
Minimizado quedaría
si sólo viniéramos a ver pasar los días.
¿Cuál sería el sentido?.
Sin embargo, y es evidente
que tal maravilla de la que somos capaces
es tan sólo un pequeño punto
comparado con la infinitud del potencial
al formar, modelar y hacer de nuestra alma
algo importante.
Lo que nos queda es
saber cuál es nuestra misión
eso depende del esmero y la preocupación de la persona.
De ser prolijo con lo que se nos ha dado.
Existencia que es fugaz.
El peligro es anclarnos en este mundo
y lo que el nos ofrece. Amar el" yo"
o ser pasivos y desinteresados por los demás.
Por el contrario podríamos tomar la actitud
que considero sana: la verdadera preocupación de imprimir
la nuestra huella en el camino para que
sea allanado para cuando otros pasen.
Ya que según mis creencias
por aquí (el mundo) estamos de paso... de paseo.
Siendo otro nuestro destino último, y es en
este punto donde la misión cobra sentido.
No se puede pasar sin ser testigo, artífice y críticos
sin que ese transitar deje en nosotros una onda sabiduría
y un bien para nuestra alma.
Toda persona tiene unos dones que tiene que desarrollar pero en ocasiones los desconoce y no se preocupa en averiguar para que sirve o lo que puede hacer mejor y entonces se frusta. Hay que conocerse primero uno mismo para poder desarrollarse cómo persona.Besicos
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