La brisa del sur brama
entre los altos muros de la ciudad..
está enardecida.
Tanto, que se parece a un ciclón.
Sin embargo, entre las florecillas
que aparecen en primavera,
ella es suave caricia.
Es gracioso tintinear de hojas.
Es suave vibrar de ramas alegres.
Pero, entre las altas paredes,
ruge en su envión
igual que en los pueblos fantasmas
es solitaria y horrorosa
entre las moles amplias, duras y frías.
Pero es tierna con los álamos.
En días amargos, llora entre las paredes,
como una mujer desesperada
a la que sólo le queda gritar.
Sabe que sus alaridos se confunden
con el caos sonoro del cielo del lugar.
Es el clamor que anticipa la muerte.
Lo hace porque nunca antes
había pensado en su aniquilación.
Quiere llegar alto entre las plomizas nubes.
Es cobarde por no poder
desaparecer para siempre.
Brama demente...enferma,
no le importa el que dirán
su hartazgo es mayor.
Cansada está de caer y levantarse repetitiva,
de volver a empezar.
Sólo vocifera ahora.
No es ni súplica, ni razonamiento,
tampoco es dolor físico...es su alma
la que rebota entre los campanarios
dejando su quejido.
Su silbido es excelso
aunque arrastrada vaya bañada en lágrimas.
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Esa brisa del sur lleva tu alma con ella
ResponderEliminarPaz&Besos
Isaac
Bonita poesía.Acá esperamos la primavera con sus promesas y alergias.
ResponderEliminarSaludos
Así es la brisa del Sur a veces brama y otras veces es una suave caricia.
ResponderEliminarPatricia:
Paso a saludarte después de una larga ausencia.
Es un agrado leer tu página. Feliz sábado
Besos de colores.