- Mis días en el cielo se me desdibujan. Aunque algo tengo seguro, no conocíamos el sufrimiento.
Tristemente añoraba, cuando la blanca palidez de su cuerpo resaltaba ante el firmamento plomizo y el color de las aguas en la noche, fusionados en horizontes tras de él.
- ¿Cómo es que me elevaba y estaba entre las estrellas, acariciaba el aire con mis alas?
Añoraba, mirando a la inmensidad. Mientras su túnica blanca flameaba mojándose en las salinas.
- ¿Qué desearía en estos momentos? - Se cuestionó.
- Ver el rostro de mi Padre nuevamente - se contestó - aquella mirada amable que jamás olvidaré. Ella, era mi mundo y mi felicidad.
- Y cuando lo tuve a mi lado ¿Qué hice? - Expresó con dureza y en voz alta.
- ¡Nada! Lo desprecie. A Él que es Amor puro y elegí mi perdición. Opté por estar en penumbras.
El otro ángel caído, en silencio y a cierta distancia en la misma playa, sollozaba intensamente.
Por ello hay que demostrar amor por las personas queridas porque de lo contrario cuando ya nos falten sentiremos no haberlo hecho.Besicos
ResponderEliminarHola querida Charo!!
ResponderEliminarEs verdad lo que expresas. Es muy feo quedarse con que "le hubiera dicho...." cuando ya es tarde.
Besos
GRAN MENSAJE, MUY REFLEXIVO. GRACIAS POR COMPARTIR.
ResponderEliminarABRAZOS
Gracias Reltih!! abrazo!!
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